Las competencias directivas son el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que posee una persona que ejerce un cargo de liderazgo o gestión en una organización. Estas competencias le permiten desempeñar su rol de manera eficaz, eficiente y ética, logrando los objetivos estratégicos de la organización y satisfaciendo las necesidades y expectativas de los grupos de interés (stakeholders).
La teoría de las competencias directivas surge como una respuesta a los cambios y desafíos que enfrentan las organizaciones en el entorno actual, caracterizado por la globalización, la competitividad, la innovación, la diversidad y la responsabilidad social. Esta teoría propone que las competencias directivas no son innatas, sino que se pueden desarrollar y mejorar mediante la formación, la experiencia, el feedback y el autoaprendizaje.
¿Cuáles son las competencias directivas más relevantes?
Existen diferentes modelos y clasificaciones de las competencias directivas, pero en general se pueden agrupar en tres categorías: competencias técnicas, competencias interpersonales y competencias personales.
Las competencias técnicas son aquellas que se refieren al dominio de los conocimientos y las herramientas propias de la actividad profesional o sectorial de la organización.
Entre sus características están:
- Son específicas de cada profesión, oficio o función.
- Son medibles y observables en el desempeño laboral.
- Se pueden aprender y mejorar mediante la formación, la experiencia, el feedback y el autoaprendizaje.
- Son imprescindibles para cumplir con las responsabilidades y los objetivos del puesto.
- Aumentan el valor y la competitividad del profesional en el mercado laboral.
Por ejemplo, la planificación, la gestión de proyectos, el análisis financiero, el marketing, etc.
Las competencias interpersonales son aquellas que se refieren a la capacidad de relacionarse y comunicarse con los demás, tanto dentro como fuera de la organización.
Entre sus características están:
- Son transversales y aplicables a diferentes contextos y situaciones.
- Se basan en la capacidad de comunicarse, escuchar, comprender y empatizar con los demás.
- Implican el manejo de las emociones propias y ajenas, así como la resolución de conflictos de manera constructiva.
- Fomentan el trabajo en equipo, la colaboración, la confianza y el respeto mutuo.
- Se pueden aprender y mejorar mediante la formación, la experiencia, el feedback y el autoaprendizaje.
Las competencias interpersonales son importantes porque influyen en el desempeño y los resultados de la organización, así como en el clima laboral, la motivación y el compromiso de los colaboradores. Un profesional con competencias interpersonales es capaz de liderar, gestionar, comunicar, innovar y crear valor para la organización y los grupos de interés. Por ejemplo, la comunicación, la negociación, la gestión de equipos, la gestión de conflictos, la inteligencia emocional, etc.
Las competencias personales son aquellas que se refieren a la capacidad de gestionar el propio comportamiento, las emociones, los valores y las actitudes.
Entre sus características están:
- Son intrínsecas y propias de cada individuo.
- Son transversales y aplicables a diferentes contextos y situaciones.
- Se basan en la autoconocimiento, la autoestima, la autoconfianza y la autoeficacia.
- Implican el desarrollo de la iniciativa, la creatividad, la adaptabilidad, la resiliencia y la ética.
- Se pueden aprender y mejorar mediante la formación, la experiencia, el feedback y el autoaprendizaje.
Un profesional con competencias personales es capaz de liderar, gestionar, comunicar, innovar y crear valor para la organización y los grupos de interés. Por ejemplo, la iniciativa, la creatividad, la adaptabilidad, la resiliencia, la ética, etc.
¿Por qué son importantes las competencias directivas?
Las competencias directivas son importantes porque influyen directamente en el desempeño y los resultados de la organización, así como en el clima laboral, la motivación y el compromiso de los colaboradores.
Un directivo competente es capaz de:
- Definir y comunicar una visión y una misión claras y compartidas por todos los miembros de la organización.
- Establecer y alinear los objetivos, las estrategias, los planes y las acciones de la organización con el entorno y los grupos de interés.
- Gestionar los recursos humanos, materiales, financieros y tecnológicos de la organización de manera óptima y responsable.
- Liderar, motivar, empoderar y desarrollar a los equipos de trabajo, fomentando la colaboración, la participación, la diversidad y el aprendizaje continuo.
- Resolver los problemas, tomar decisiones, implementar cambios e innovar de manera efectiva y creativa.
- Evaluar los resultados, el impacto y la satisfacción de la organización y de los grupos de interés, y aplicar las medidas correctivas y de mejora necesarias.
¿Cómo desarrollar las competencias directivas?
Las competencias directivas se pueden desarrollar mediante diferentes estrategias, tales como:
- Realizar una autoevaluación o una evaluación 360º para identificar las fortalezas y las áreas de mejora de las competencias directivas.
- Establecer un plan de desarrollo personalizado, con objetivos, acciones, indicadores y plazos específicos para mejorar las competencias directivas.
- Participar en programas de formación, coaching, mentoring o asesoramiento que faciliten el aprendizaje y el desarrollo de las competencias directivas.
- Buscar y aprovechar las oportunidades de aprendizaje en el puesto de trabajo, mediante la realización de proyectos, tareas o roles que supongan un reto y un crecimiento profesional.
- Solicitar y dar feedback constructivo y regular a los colaboradores, pares y superiores, para reforzar o corregir los comportamientos relacionados con las competencias directivas.
- Reflexionar sobre las experiencias, los éxitos y los fracasos, y extraer las lecciones y los aprendizajes que contribuyan al desarrollo de las competencias directivas.
El proceso de desarrollo de las competencias directivas tiene estas fases:
Planificación: consiste en establecer los objetivos de desarrollo para cada competencia directiva y definir las acciones formativas o experiencias de aprendizaje más adecuadas para lograrlos, teniendo en cuenta los recursos disponibles y el tiempo estimado.
Planificación: consiste en establecer los objetivos de desarrollo para cada competencia directiva y definir las acciones formativas o experiencias de aprendizaje más adecuadas para lograrlos, teniendo en cuenta los recursos disponibles y el tiempo estimado.
Planificación: consiste en establecer los objetivos de desarrollo para cada competencia directiva y definir las acciones formativas o experiencias de aprendizaje más adecuadas para lograrlos, teniendo en cuenta los recursos disponibles y el tiempo estimado.
Planificación: consiste en establecer los objetivos de desarrollo para cada competencia directiva y definir las acciones formativas o experiencias de aprendizaje más adecuadas para lograrlos, teniendo en cuenta los recursos disponibles y el tiempo estimado.
Planificación: consiste en establecer los objetivos de desarrollo para cada competencia directiva y definir las acciones formativas o experiencias de aprendizaje más adecuadas para lograrlos, teniendo en cuenta los recursos disponibles y el tiempo estimado.
Conclusión
Las competencias directivas son esenciales para el éxito de cualquier organización en el siglo XXI. Estas competencias se pueden aprender y mejorar mediante la formación, la experiencia, el feedback y el autoaprendizaje. Un directivo competente es capaz de liderar, gestionar, comunicar, innovar y crear valor para la organización y los grupos de interés.
Si quieres saber más sobre las competencias directivas, te invitamos a visitar nuestro blog, donde encontrarás más artículos, recursos y consejos sobre este tema. También puedes contactarnos si estás interesado en nuestros servicios de formación, coaching y la identificación de habilidades para el desarrollo de las competencias directivas. Estaremos encantados de atenderte y ayudarte a alcanzar tus metas profesionales.
